Claves para emprender sin naufragar en el intento

Daniel Eduardo Cassieri

Daniel Eduardo Cassieri

Director | Consultor | Estrategia de Negocios | Innovación

La mayoría piensa que ser emprendedor se trata de tener una gran idea de negocio. Algo novedoso que las personas necesiten o deseen y lo más importante que estén dispuestas a pagar. Pero lo que descubrimos al hablar con emprendedores es que sin la capacidad de ejecución, es decir la habilidad para convertir la idea en una empresa viable, el proyecto suele estar condenado a quedarse en el camino.   

Sabemos que por su naturaleza la actividad emprendedora es riesgosa y se desenvuelve bajo condiciones de extrema incertidumbre. Según Fundera subsidiaria de NerdWallet, que es una entidad norteamericana especializada en el financiamiento y apoyo de emprendedores, el 20% de los nuevos proyectos fracasan en su primer año, el 30% en su segundo año y el 50% después de cinco años. Finalmente, el 70% de las empresas emergentes no sobrevive al décimo año.

¿Por qué fracasan los emprendedores? Hay muchas razones por las que una startup puede naufragar en el intento de convertirse en una empresa viable, pero por regla general se debe a alguno de estos factores o a su combinación: una demanda insuficiente para sus productos o servicios, un equipo inadecuado, un flujo de caja persistentemente negativo y dificultades para acceder al capital. Claramente, el grueso de los problemas está relacionado con fallas de gestión y con la inexperiencia en la práctica empresarial. 

Todo proyecto nace con una idea, o mejor dicho con la detección de un problema sin solucionar o mal resuelto que puede convertirse en una oportunidad de negocio. Con este problema en mente, el emprendedor desarrolla un producto o servicio capaz de resolverlo y para ello invierte tiempo y dinero (suyo, de algún amigo o de un inversor audaz). Este primer producto, que suele conocerse como producto mínimo viable (MVP) se prueba en el segmento objetivo para recoger feed-back de los clientes o usuarios y de acuerdo a los resultados se decide seguir avanzando o replantear (pivotar) la propuesta.      

Una vez conseguido el encaje problema-solución, ahí empiezan los verdaderos retos para cualquier emprendedor. Cómo desarrollar y lanzar el producto al mercado con suficiente espalda financiera para soportar la etapa inicial de cash-flow negativo (por eso lo llaman atravesar el abismo o el valle de la muerte). Cómo conseguir el encaje producto-mercado, es decir una masa suficiente de clientes y  penetrar el mercado mediante un modelo de comercialización, promoción y relacionamiento exitosos. Cómo desarrollar las capacidades y disponer de los recursos suficientes para poder sostener el escalamiento del negocio.

Hemos visto demasiados emprendedores enamorados de su idea y que transmiten una enorme pasión, pero con un sesgo de excesiva confianza que puede conducirlos a ser menos realistas y pragmáticos a la hora de tomar decisiones. Invirtiendo tiempo y esfuerzo en pulir la propuesta de valor para sus clientes, no obstante sin dedicar el mismo esfuerzo en formular una estrategia para desarrollar su mercado y diseñar un modelo de negocio sustentable y rentable. Trabajando en solitario o con un grupo reducido de personas, sin conformar equipos sólidos que aporten diversidad de conocimientos y en los que pueda delegar. Sin adecuar su estructura organizativa al tamaño y a la escala que van alcanzando.

Por eso desde  nuestro punto de vista, si se está liderando un emprendimiento con potencial de  crecimiento, una de las cosas más valiosas que debe hacerse desde el principio, es buscar ayuda experta y asesoramiento. Escalar una empresa es un trabajo muy difícil, y los riesgos pueden minimizarse si sabemos aprovechar las perspectivas, la experiencia y el acceso a competencias y recursos que otros puedan aportarnos.

Nos interesa comprometernos con los emprendedores y acompañarlos a conseguir sus metas.

Podemos ayudarte a probar y fortalecer tus ideas y darte acceso a un plan de trabajo de cuatro etapas para desafiar la validez del modelo de negocio de tu emprendimiento, cruzar el abismo y conseguir el ajuste producto/mercado que permita escalar tu proyecto hasta convertirlo en una empresa viable. 

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